Henry Bessemer
Bessemer,
Sir Henry (1813-1898) Inventor
británico, nacido en Charlton, Hertfordshire, y autodidacta, en gran medida.
Fue un inventor prolífico, pero se le conoce sobre todo por sus innovaciones en
la siderurgia que elevaron enormemente la producción anual de acero en
Inglaterra, consiguiendo un acero de gran calidad, disponible a un costo muy
reducido.
El convertidor de Bessemer
permitió la obtención de acero barato y, con él, la construcción de obras de
ingeniería asombrosas para la época.
A los 20 años, Bessemer
diseñó un procedimiento que evitaba las falsificaciones de los sellos impresos
en los documentos oficiales que fue adoptado por la Casa del Timbre.
Patentó más de 117 inventos:
entre ellos, un dispositivo para la obtención de caracteres tipográficos, un
nuevo tipo de proyectil, frenos para ferrocarriles, máquinas para la industria
del vidrio.
Diseñó una máquina para la
fabricación de polvo de bronce destinado al revestimiento de superficies con
efectos de oro, que invadió el mercado y fue empleado en toda Inglaterra para
la decoración.
Anunció los detalles del
método. Los industriales siderúrgicos invirtieron fortunas en altos hornos para
manufacturar acero por el nuevo sistema, pero el producto resultó de ínfima
calidad y Bessemer perdió prestigio y credibilidad.
Volvió a los experimentos
para perfeccionar su método. Como ya no creían en él, instaló sus propias
acerías en Sheffield, Inglaterra. Importó mineral sin fósforo de Suecia y
vendió acero de alta calidad a un costo muy inferior al de sus competidores.
Durante más de dos mil años,
el hombre había utilizado el hierro como el metal común más duro y resistente
que conocía. Se obtenía calentando mineral de hierro con coque y caliza. El
producto resultante contenía gran cantidad de carbono (del coque) y recibía el
nombre de «hierro fundido» o «fundición». Era barato y duro, pero también
quebradizo; bastaba un golpe fuerte para partirlo.
El carbono era posible
eliminarlo del hierro fundido a base de mezclarlo con más mineral de hierro. El
oxígeno del mineral se combinaba con el carbono del hierro fundido y formaba
monóxido de carbono gaseoso, que se desprendía en burbujas y ardía. Atrás
quedaba el hierro casi puro, procedente del mineral y del hierro fundido: es lo
que se llamaba «hierro forjado» o «hierro pudelado». Esta forma del hierro era
resistente y aguantaba golpes fuertes sin partirse. Pero era bastante blando y
además caro.
El acero podía hacerse más
fuerte que el arrabio y más duro que el hierro forjado, combinando así las
virtudes de ambos. Antes de Bessemer, había que convertir primero el arrabio en
hierro forjado y añadir después los ingredientes precisos para conseguir el
acero. Si el hierro forjado era ya caro, el acero lo era el doble. Metal
bastante escaso, se utilizaba principalmente para fabricar espadas.
La tarea que se propuso
Bessemer fue la de eliminar el carbono del arrabio a precios moderados. Pensó
que el modo más barato y fácil de añadir oxígeno al hierro fundido para quemar
el carbono era utilizar un chorro de aire en lugar de añadir mineral de hierro.
Bessemer empezó a
experimentar y no tardó en demostrar que el chorro de aire cumplía su
propósito. El aire quemaba el carbono y la mayor parte de las demás impurezas,
y el calor de la combustión aumentaba la temperatura del hierro. Controlando el
chorro de aire, Bessemer consiguió fabricar acero a un coste bastante inferior
al de los anteriores métodos.
En 1856 anunció los detalles
del método. Los industriales siderúrgicos estaban entusiasmados e invirtieron fortunas
en «hornos altos» para manufacturar acero por el nuevo sistema. Imaginaos su
horror cuando descubrieron que el producto era de ínfima calidad; Bessemer,
acusado de haberles tomado el pelo, volvió a los experimentos.
Resultó que en este método
no se podía utilizar mineral que contuviera fósforo; el fósforo quedaba en el
producto final y hacía que el hierro fuese quebradizo. Y había dado la
casualidad de que Bessemer utilizara mineral de hierro libre de fósforo en sus
experimentos.
Anunció este hallazgo, pero
los industriales no prestaban ya oídos: estaban hasta la coronilla de los
hornos de Bessemer. Así que éste pidió dinero prestado e instaló sus propias
acerías en Sheffield, Inglaterra, en 1860. Importó mineral sin fósforo de
Suecia y comenzó a vender acero de alta calidad a 100 dólares menos la tonelada
que ninguno de sus competidores. Aquello acabó con toda reticencia.
Hacia 1870 se hallaron
métodos de resolver el problema del fósforo, lo cual permitió aprovechar los
vastísimos recursos norteamericanos de mineral de hierro. Bessemer fue
ennoblecido en 1879 y murió en Londres, rico y famoso, en 1898.
El acero barato permitió
construir obras de ingeniería que hasta entonces no se habían podido ni soñar.
Las vigas de acero se podían utilizar ahora como esqueletos para sostener
cualquier cosa imaginable. Los ferrocarriles comenzaron a recorrer continentes
enteros sobre carriles de acero y grandes navíos de acero empezaron a surcar
los océanos. Los puentes colgantes salvaban ríos, los rascacielos iniciaron su
escalada a las alturas, los tractores eran ahora más fuertes, y no tardaron en
aparecer los automóviles con bastidores de acero. Y en el mundo de la guerra
empezaron a tronar cañones más potentes que ponían a prueba nuevos blindajes,
más resistentes.
http://historiaybiografias.com/bessemer/
Convertidor
de Bessemer.
Este aparato lo que hace es
convertir el arrabio (lo que obtenemos al reducir el mineral de hierro, tiene
un alto porcentaje de carbono) ya procesado,.
Su funcionamiento consiste
en una caldera forrada de acero en cuyo interior se encuentra un revestimiento
de un material refractario (tiene una gran resistencia al calor y al fuego). La
parte superior está abierta, mientras que la parte de abajo es redonda y se
mueve gracias a un eje horizontal. Tiene dos agujeros a través de los cuales
introducen el aire.
Se sitúa sobre dos soportes,
que hacen que la caldera se pueda mover y girarse, para introducir la función y
posteriormente colar el acero.
Para cargar el convertidor,
se lo inclina, y luego se vierte el arrabio derretido por la abertura que se
halla en la parte superior. A continuación, se suelta el aire, el cual pasa a
través de la masa de hierro derretido. Sólo cuando la corriente de aire alcanza
su máxima intensidad, se vuelve a poner el convertidor en posición vertical. De
otro modo, el metal derretido taparía los agujeros del fondo, evitando que el
aire entrara en el horno.
Cuando éste se encuentra en
pleno funcionamiento, lanza al aire chispas brillantes, un denso humo de color
pardo, y llamas de color rojo oscuro. Después de algunos minutos, las llamas
crecen y se tornan más brillantes, lo cual indica que se está quemando el
carbono. Al cabo de unos 15 minutos, las llamas desaparecen con rapidez, y
todas las impurezas quedan eliminadas.
Luego, se vuelve a inclinar
el convertidor y se cierra el paso del aire. Esta acción debe efectuarse en el
momento preciso. Si se procede prematuramente, quedan algunas impurezas en el
metal, y si, por el contrario, se retarda la operación, se quema el metal,
quedando inutilizado. A continuación se añaden los elementos necesarios, tales
como carbono y manganeso, y se obtiene así el producto final.
Módulo
de elasticidad
Donde S es la sección del
hilo S=pi r2, y Y es una constante de proporcionalidad característica de cada
material que se denomina módulo de elasticidad o módulo de Young.
Metal
|
Módulo
de Young, Y·1010 N/m2
|
Cobre
estirado en frío
|
12.7
|
Cobre,
fundición
|
8.2
|
Cobre
laminado
|
10.8
|
Aluminio
|
6.3-7.0
|
Acero
al carbono
|
19.5-20.5
|
Acero
aleado
|
20.6
|
Acero,
fundición
|
17.0
|
Cinc
laminado
|
8.2
|
Latón
estirado en frío
|
8.9-9.7
|
Latón
naval laminado
|
9.8
|
Bronce
de aluminio
|
10.3
|
Titanio
|
11.6
|
Níquel
|
20.4
|
Plata
|
8.27
|
Koshkin N. I., Shirkévich M. G.. Manual de Física Elemental.
Editorial Mir 1975.
|
Representando el esfuerzo
en función de la deformación unitaria para un metal obtenemos una curva
característica semejante a la que se muestra en la figura.
Durante la primera parte
de la curva, el esfuerzo es proporcional a la deformación unitaria, estamos
en la región elástica. Cuando se disminuye el esfuerzo, el material vuelve a
su longitud inicial. La línea recta termina en un punto denominado límite
elástico.
|
Si se sigue aumentando el
esfuerzo la deformación unitaria aumenta rápidamente, pero al reducir el
esfuerzo, el material no recobra su longitud inicial. La longitud que
corresponde a un esfuerzo nulo es ahora mayor que la inicial L0, y se dice que el
material ha adquirido una deformación permanente.
El material se deforma hasta
un máximo, denominado punto de ruptura. Entre el límite de la deformación
elástica y el punto de ruptura tiene lugar la deformación plástica.
Si entre el límite de la
región elástica y el punto de ruptura tiene lugar una gran deformación plástica
el material se denomina dúctil. Sin embargo, si la ruptura ocurre poco después
del límite elástico el material se denomina frágil.
http://www.sc.ehu.es/sbweb/fisica/solido/din_rotacion/alargamiento/alargamiento.htm#Fundamentos
físicos
Limite elástico y plástico
El límite elástico, también
denominado límite de elasticidad, es la tensión máxima que un material elástico
puede soportar sin sufrir deformaciones permanentes. Si se aplican tensiones
superiores a este límite, el material experimenta deformaciones permanentes y
no recupera su forma original al retirar las cargas. En general, un material
sometido a tensiones inferiores a su límite de elasticidad es deformado
temporalmente de acuerdo con la ley de Hooke.
Los materiales sometidos a
tensiones superiores a su límite de elasticidad tienen un comportamiento
plástico.
Si las tensiones ejercidas
continúan aumentando el material alcanza su punto de fractura. El límite
elástico marca, por tanto, el paso del campo elástico a la zona de fluencia.
Más formalmente, esto comporta que en una situación de tensión uní axial, el
límite elástico es la tensión admisible a partir de la cual se entra en la superficie
de fluencia del material.
Zona elástica: en esta zona
las deformaciones se reparten a lo largo de la probeta, son de pequeña magnitud
y, si se retirara la carga aplicada, la probeta recupera su forma inicial. El
coeficiente de proporcionalidad entre la tensión y la deformación se denomina
módulo de elasticidad o de Young y es característico del material.
Fluencia o cedencia. Es la
deformación brusca de la probeta sin incremento de la carga aplicada. El
fenómeno de fluencia se da cuando las impurezas o los elementos de aleación
bloquean las dislocaciones de la red cristalina impidiendo su deslizamiento,
mecanismo mediante el cual el material se deforma plásticamente. Alcanzado el
límite de fluencia se logra liberar las dislocaciones produciéndose la deformación
bruscamente.
Método
de Cross
El método de Cross es un
método de aproximaciones sucesivas, que no significa que sea aproximado. Quiere
decir que el grado de precisión en el cálculo puede ser tan elevado como lo
desee el calculista. El método permite seguir paso a paso el proceso de distribución
de momentos en la estructura, dando un sentido físico muy claro a las
operaciones matemáticas que se realizan.
Una viga
empotrada-empotrada, está sometida a un sistema de acciones. En ella se pueden
considerar tres tramos. Los tramos primero y último, de acuerdo con el
convenio, tienen flexión negativa, mientras que el tramo intermedio presenta
flexión positiva. Los momentos flectores MA y MB en los apoyos serán negativos,
así como los momentos del tramo intermedio son positivos. Por el principio de
acción y reacción, la viga ejerce sobre los apoyos unos momentos y los apoyos
sobre las vigas otros, que serán iguales y de sentido contrario. A estos
momentos se les llama pares de empotramiento. Por tanto, los pares de
empotramiento son las acciones que ejercen los apoyos sobre la pieza. Estos
pares de empotramiento tienen el mismo valor absoluto que los momentos
flectores MA y MB. Tomando el convenio de signos, el par en el apoyo A es
positivo, mientras que el par en B es negativo. Como los momentos flectores en
los apoyos son de signo negativo, para pasar de momentos flectores a pares de
Bases del método de Cross 3 empotramiento basta cambiar de signo al de la
izquierda y mantener el signo al de la derecha. De igual modo se opera para
pasar de pares de empotramiento a momentos flectores. En las piezas verticales
se actúa de la misma forma. Como no hay establecido un signo de flexión, se
define uno. Para pasar de pares de empotramiento a momentos flectores, o a la
inversa, se cambia de signo al valor de un extremo
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